Las 8 razones por las que no sería portero en otra vida
Siempre dicen que ser portero es una de las posiciones más complicadas del fútbol. ¿Por qué? Aquí te dejamos los 8 motivos que hacen que ser portero sea todo un reto.
1. Es la posición más solitaria del terreno de juego
Cuando tu equipo ataca estás tu sólo bajo palos, presenciando el choque como un espectador más lo que hace que no te puedas sentir parte de una jugada de tu equipo.
2. Hay veces que no tocas pelota
Si tu equipo es bueno te puedes llegar incluso a aburrir bajo palos. Eso sí, para eso el rival debe de ser malo o muy malo.
3. Tus fallos se ven más
Es la posición del campo en la que más se ven tus errores. Si un medio pierde una pelota no pasa nada pero ¡ay! pobre de ti si eres el portero y fallas un pase. Ya la has liado.
4. Tienes que saber utilizar las manos y los pies
Tienes doble trabajo que el resto de tus compañeros. Mientras que unos sólo emplean sus pies, a ti te toca ser bueno con las manos y también con los pies. Demasiado trabajo.
5. Eres el marginado del equipo
Vistes diferente al resto de tus compañeros y para colmo en alguna ocasión te ha tocado llevar las peores vestimentas del grupo con camisetas que ni el propio diseñador sería capaz de ponérsela. Y si no, que se lo pregunten a Jorge Campos.
6. Te gastas más dinero que el resto de tus compañeros
Mientras que tus amigos se compran unas botas y unas espinilleras, tu necesitas comprarte más complementos que ellos puesto que necesitas unos guantes y en ocasiones una gorra. Más complementos = más dinero.
7. Eras el último en ser elegido
Cuando estabas en el patio jugando con los amigos y tocaba hacer equipos, el portero era el último en elegirse y te ibas a casa soñando con que llegara el día en el que te eligieran el primero pero eso, era una suerte que sólo corrían los goleadores.
8. No metes goles
Pese a que en algunos casos se ha visto a porteros subiendo en los córners en los minutos finales y llegando a meter goles, lo lógico es que los guardametas no tengan el gusto o el placer de poder sentir lo que es marcar un gol al rival.